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"Baila La Boca" (1976), tarantella compuesta por Salvador Vaccaro e interpretada por el enigmático conjunto "Los Once de La Bombonera", del que no tenemos mayores referencias más que la certeza de que no era el plantel titular del CABJ quien la entonaba.
Es una canción festiva; forma parte de los festejos por la obtención del bicampeonato de 1976 tras ganar la final del Nacional nada más y nada menos que frente a nuestro eterno rival, en la única final disputada entre ambos. Fue en cancha de Racing, 1 a 0 con gol de Suñé, ese gol que los que no lo vivimos no sabemos si alguna vez lo podremos ver, ese gol desaparecido.
Además de ser una tarantella (con toda su
significatividad), presenta varios elementos más que hacen a nuestra identidad como boquenses.
En primer lugar, comienza con una imitación de "Pedrín El Fainero", el personaje boquense por definición, uno de nuestros emblemas. ¿Quién es/era este personaje? Un señor gordo, con bigote, de origen italiano, que habla en "cocoliche" (un castellano mal hablado y con acento tano propio de los inmigrantes provenientes de "la bota" a comienzos del siglo pasado), vive en La Boca y es pizzero (o fainero, según la versión) de profesión. Lo cierto es que este personaje se encuentra ligado a la cultura boquense aún antes de su nacimiento. ¿Cómo? Bueno, resulta que a principios de los años '30 existió un radioteatro (lo que sería una telenovela en tiempos donde no existía la TV) en la que el personaje principal era un detective italiano de gruesos bigotes llamado Nick Vermicelli, como la famosa pasta, interpretado por Tomás Simari, renombrado actor de la época. Este personaje, así como el radioteatro en cuestión, se volvió muy popular al punto que al anunciarse su casamiento en 1933 la gente se movilizó enviando regalos de boda a la radio. Tal fue el entusiasmo popular que se decidió que el casamiento fuera en vivo y, como no podía ser de otra manera, eligieron la vieja cancha de Boca como escenario ("Cien años de multitud", Rosatti). Dicen que concurrieron 70 mil personas y que incluso Don Benito Quinquela Martín presenció la ceremonia de ficción.
Pero la cosa no termina acá. El icono boquense por excelencia continuó construyéndose con el tiempo. Años más tarde, el actor Tomás Simari interpretó en otro radioteatro a un inmigrante italiano llamado Don Nicola. Y como todo está conectado, en 1937 surgió una tira en la Revista "¡Aquí está!" llamada Conventillo 1937 cuyo protagonista era un inmigrante italiano panzón, de bigotes, bonachón, que parlaba el cocoliche y regenteaba un conventillo ("Cien años de multitud", Rosatti). De esta manera, nuestra icónica figura todavía no lo era totalmente. Provenía de la inmigración italiana como la mayoría de los boquenses, vivía en un conventillo como los que abundaban en La Boca, y había tenido de alguna manera contacto con la vieja cancha de Boca.
Pero la creación en nuestro imaginario colectivo se concreta cuando en 1940 aparece un nuevo radioteatro llamado "Gran Pensión El Campeonato" que se transmitía los domingos en la previa de los partidos. Transcurría en un conventillo en el que habitaban distintos personajes, cada cual representando a un equipo de los que jugaban en Primera División, que se disputaban el amor de la hija de la dueña del pensionado, Malena Campeonato o "Miss Campeonato". Lograría conquistarla al final de la temporada aquél personaje que representara al equipo campeón del torneo. Por supuesto, el personaje que representaba a Boca era un inmigrante italiano, que hablaba en cocoliche, panzón, bonachón, de bigotes, con todos los chiches. Y en el año estreno de La Bombonera, quien salió campeón fue Boca, y Don Pedrín desposó a Miss Campeonato y la ceremonia nupcial se llevó a cabo nada menos que en el flamante estadio, al igual que aquel casamiento de Nick Vermicelli presenciado por Quinquela Martín (que inmortalizará dicha ceremonia en el aguafuerte de 1940 llamado "El casamiento de Pedrín" que puede verse en el museo de Don Quinquela).
Precisamente, esta tarantella de "Los Once de La Bombonera" comienza con la presentación de Pedrín en el radioteatro luego de cada nueva estrella de Boca: "Muchacho' della pizza e la fainá, la vita alhora e' ma' beya perche tenemo' otra strella, tenemo'".
Es así que a partir de entonces Pedrín el Fainero es una parte inseparable de nuestro club, de nuestra historia. Pedrín es Boca, somos todos nosotros. Tal vez no sirva para la "marca Boca", pero es mejor que así sea.
En segundo lugar, hay otro elemento que menciona esta tarantella que también hace, y mucho, a la conformación de nuestra identidad como boquenses: las pintadas con los colores azul y oro en las calles. Tradición que se perdió casi por completo. Luego de las grandes conquistas de nuestro club solían realizarse pintadas de murales, de postes de luz, de escalones y cordones de la vereda con los colores azul y oro. Formaba parte del festejo. Y esta tarantella lo documenta: "La caravana hacia el centro hasta los barrios también llegó, pintamos todas las calles con los colores del gran campeón". Y sino vean estos documentos rescatados por La Passucci sobre el
"Operativo Pintura" de 1964.
Por último, esta canción también hace referencia a La Candela, pero esa es una historia triste y mucha más larga que las anteriores...
Disfruten de esta tarantella, del baile frenético producido por la locura que nos genera no una araña, sino el cuadrito de nuestra pasión.
[Sepan disculpar el sonido del principio, ¡e' lo que hay!]
Letra:
[Pedrín El Fainero hablando en cocoliche:
"Muchacho' della pizza e la fainá
la vita alhora e' ma' bella
perche tenemo' otra strella, tenemo'"]
Hoy La Boca está de fiesta
porque el cuadrito de su pasión
conquistó una nueva estrella
que se ha metido en mi corazón
Somos muchos, mitad más uno
que alentamos con emoción
a este orgullo de mi Argentina
dale Boca, de corazón
Desde la noche, bajó una estrella
que se acomoda en el corazón
cuando mil gritos de La Candela
que se confunden en mi canción
¡Arriba Boca, que estamos todos!
¡Dale xeneize, de corazón!
que ya la fiesta en La Bombonera
alumbradita con su esplendor
La fiesta empezó de día
llegó la noche nadie durmió
llenamo' las pizzerías
en las cantinas se amaneció
La caravana hacia el centro
hasta los barrios también llegó
pintamos todas las calles
con los colores del gran campeón
[Conversación con el pizzero:
"-¡Gringo! Que marchen cinco pizzas que pago yo.
¡Viva Boca, viejo nomás!
-¡Ehh Boca, Boca! ¡Cinco pizza' y vino tinto para vos!"]